miércoles, 3 de octubre de 2012

"La sombra del Kasha" de Miyuki Miyabe


"La sombra del Kasha" de Miyuki Miyabe

Argumento:
Shoko Sekine es una joven que ha desaparecido. Su prometido, Jun Kurisaka, está desesperado. No quiere acudir a la policía y, sabiendo que un tío de su mujer, es policía pero en estos momentos está de baja, decide pedirle que investigue la desaparición de forma discreta. El policía se llama Honma y se va a tomar muy en serio la investigación.
Todo empezó cuando, haciendo los preparativos para la boda, Jun solicita una tarjeta de crédito para Shoko. En el banco no se la dan porque consta que hace unos años fue declarada en quiebra. Entonces Shoko desaparece,  ¿voluntariamente?.
Honma empieza a tirar del hilo y pronto descubre que tras la aparentemente inocente desaparición hay todo un entramado de intrigas financieras. Y que Shoko no es quien dice ser...
Impresiones:
Más que novela negra, yo hablaría de thriller o novela de suspense. Me parece un poco light para calificarla de negra. Los japoneses tienen pinta de tan civilizados, tan educados, tan avanzados... que, según esta novela parecen serlo: por lo que sus crímenes, también son en cierta forma igualmente civilizados. Al menos es lo que parece derivarse de esta novela. No resulta tan oscura, tan claustrofóbica como puedan serlo, por ejemplo, algunas de las novelas nórdicas que tan de moda se han puesto últimamente. Se trata, sin más, de una investigación, realizada un poco al estilo clásico: de forma pausada, tirando del hilo poco a poco, de ésas que una pista nos lleva a la siguiente, sin sobresaltos, sin sorpresas sacadas de la manga. El policía y nosotros con él vamos conociendo, muy poco a poco, los entresijos del asunto. Como si de una labor de punto se tratara. No es una novela vertiginosa, de ésas que continuamente pasan cosas, sino una novela bastante pausada. Lo cual no quiere decir, ni mucho menos, aburrida: al contrario, está tan bien narrada la historia, que te atrapa y deseas continuar hasta llegar al final.
Se trata de una novela bastante fácil de leer, que alterna los diálogos y la narración casi al 50%.
El inspector Honma es un policía un poco atípico. Si lo comparo con los protagonistas de las novelas negras que suelo leer (de Mankell, Jo Nesbo, Arnaldur Indridasson, etc...) Honma resulta ser un tipo de lo más normal. Tiene una vida normal, no bebe, no tiene vicios inconfesables, ni una personalidad atormentada.... Es, simplemente, un hombre trabajador que, como todos los inspectores de novela, se toma muy en serio su trabajo pero sin grandes traumas detrás. La novela nos va contando cosas de su vida privada, pero es una vida muy normalita, como la que pueda tener cualquier persona que conozcamos. Eso sí, en su trabajo es como un perro de presa: como agarre algo, no lo suelta hasta llegar a la solución del enigma.
La novela me ha sorprendido en cuanto al hecho de que me esperaba que la investigación se desarrollaría con medios tecnológicos. No por nada Japón es uno de los países con tecnología más avanzada del mundo. Sus gadgets tecnológicos invaden el resto del mundo y yo pensaba que en materia de investigación policial estarían avanzadísimos. No digo que no lo estén, pero sí que en la novela no se ve reflejado el tema. También hay que tener en cuenta que, aunque se haya publicado ahora en España, la novela tiene ya unos años, pero es que por no aparecer no aparecen ni móviles. Así las cosas, la investigación se desarrolla de la forma más clásica posible.
Al hilo de la investigación, vamos también descubriendo cosas de la sociedad japonesa, de su forma de vida. Cosas como el registro familiar (siempre he pensado que en Japón la pertenencia a una familia y las costumbres ancestrales tenían mucha importancia), asuntos financieros, etc...
Uno de los elementos claves de la novela va a ser la capacidad de endeudamiento de la población. En la época en la que se escribió, parece ser que hubo un montón de bancarrotas, no de empresas sino de particulares. La gente se acostumbró a vivir del crédito: compraba algo a plazos, luego no tenía dinero para pagarlo y pedía un préstamo para pagar el anterior, un tercero para pagar el segundo... y así hasta que llegaba a amasar una deuda impresionante que muchas veces originaba que tuviese que declararse en quiebra personal. Eso con suerte, si la Yakuza (la mafia) no acertaba a hacerse con sus deudas y hacerle la vida imposible. Por lo tanto, y al igual que en las novelas nórdicas, en la novela subyace una crítica social de lo más interesante (sobre todo porque lo que nos está ocurriendo a nosotros, también es en cierta forma derivado del endeudamiento).
Para finalizar, diré que hay una cosa que no me ha acabado de convencer del todo: y es, precisamente, el final de la novela. Me parece demasiado brusco. He echado en falta unas cuantas hojas más, en las que se nos dé la explicación de todo el asunto desde el otro punto de vista. El final es demasiado precipitado, rápido, sin concesiones. Después de tantas hojas de lectura, creo que hubiese estado bien que la autora se hubiese alargado un poco. Yo, al menos, lo hubiese agradecido.
Es por eso, que valoro la novela con un 8/10 y no con un 9/10 que, de haber acabado de otra forma, hubiese sido la nota más adecuada.
Miyuki Miyabe:
Nació en Tokio en 1960. En su país, es una de las escritoras más reconocidas. Ha escrito más de 40 novelas, en las que ha tocado casi todos los géneros: ciencia ficción, intriga, novela histórica, fantasía y ficción juvenil.
Sus libros han sido traducidos a más de 11 idiomas y 15 de ellos han sido convertidas en películas, en su país, siendo éxitos de taquilla.
 
Por esta novela que hoy comento, recibió el premio Shugoro Yamamoto en 1993.

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