miércoles, 20 de febrero de 2013

Gota a gota


El peluquero



Un día, un florista fue al peluquero a cortarse el pelo .

Luego del corte pidió la cuenta y el peluquero le contestó:

- No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo un servicio comunitario.

El florista quedó agradecido y dejó la peluquería.

Cuando el peluquero fue a abrir el negocio, a la mañana siguiente, había una nota de agradecimiento y una docena de rosas en la puerta.

Luego entró un panadero para cortarse el pelo y, cuando fue a pagar, el peluquero respondió:

- No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo un servicio comunitario.

El panadero se puso contento y se fue.

A la mañana siguiente cuando el peluquero volvió, había una nota de agradecimiento y una cesta de estupendos Panes Rústicos esperándolo en la puerta.

Más tarde, un profesor fue a cortarse el pelo y en el momento de pagar, el hombre otra vez respondió:

- No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo un servicio comunitario.

El profesor con mucha alegría se fue.

A la mañana siguiente, cuando el peluquero abrió, había una nota de agradecimiento y una docena de diferentes libros, tales como ‘ Cómo mejorar sus negocios’ y ‘Cómo volverse exitoso’.

Entonces, un diputado fue a cortarse el pelo y cuando fue a pagar el peluquero nuevamente dijo:

- No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo un servicio comunitario.

El diputado contento se alejó.

Al día siguiente cuando el peluquero fue a abrir el local, había una docena de diputados, alcaldes, concejales… haciendo cola para cortarse el pelo gratis.

Esto, querido amigo, muestra la diferencia fundamental que existe actualmente entre los ciudadanos comunes y los miembros de la Honorable Clase Política del país.

Por favor, en las próximas elecciones, vota con más cuidado…

jueves, 14 de febrero de 2013

Día de Parada al pasado




Hace poco leí quien sabe donde, tal vez en algún sitio en internet, en una revista o quizás en un libro, algo que me llamó muchísimo la atención y tiene que ver con la auto-observación consciente.
Siempre nos asusta el hecho de observarnos a nosotros mismos y descubrir tantas cosas bonitas, feas, claras, confusas, que consciente o inconscientemente ocultamos.
Es un ejercicio simple y muy original. Es hacer un día de parada al pasado. Este ejercicio fue inspirado por un maestro estadounidense: Maharishi Krishnananda Ishaya *.
Sólo por un día

Primera parte del ejercicio:

Un día de la semana queda totalmente prohibido hablar del pasado y pensar acerca de él.
Sé que es difícil imaginarse un día en el que no podamos siquiera hacer referencia a lo que hicimos ayer, a lo que comimos el lunes pasado, al viaje maravilloso que realizamos en diciembre o al encuentro inesperado con una persona especial o a la terrible experiencia que tuvimos en una discusión con nuestro hijo por ejemplo…
Pero el juego va más allá de la prohibición de hablar del pasado… Es una invitación a que observemos atentamente cuántas veces al día nuestra mente juega a irse al pasado y observar las emociones que se desprenden de allí.
Un poco difícil ¿no?
Es realmente interesante darse cuenta como en un solo día nos podemos ir al pasado ¡más de 200 veces! Entonces simplemente nos damos cuenta de lo siguiente:
La memoria + la emoción + la reacción = no-estar-presente
¡No vivimos el presente!
Nos apegamos a emociones y sucesos pasados que sólo son una ilusión aunque nuestra mente las haga parecer reales.
Confieso que esta parte –hasta ahora- no lo he podido realizar…

Segunda parte del ejercicio:

Esta parte es más fácil, porque se trata de mirar al otro…
Observar en una persona (cualquiera) cuántas veces en una conversación se va al pasado y la emoción que encierra su comentario, su historia. No se trata simplemente de que el o ella te cuente lo que hizo ayer, sino de cómo lo cuenta… cuantas veces la conversación se va en la queja o el reproche, en las decisiones que esa persona tomó o cómo le afectó la decisión de otro personaje adicional “importante” en su vida.
¿Qué te parece?
Abramos los ojos, escuchemos, respiremos… No se trata de castigarnos, regañarnos o de juzgar y calificar a otros porque descubrimos que siempre el, ella y yo nos vamos al pasado.
Sólo es un “juego” de observación que nos puede permitir conocernos más a nosotros mismos, tomar decisiones diferentes, sentirnos más plenos, más conscientes, más felices, más responsables… y ¡más presentes!

sábado, 2 de febrero de 2013

La vida no se para



La vida no se para, ni por ti ni por mi
ni por el niño que nace,
ni por el mar que vuelve a tus pies,
ni por el campo que reabre las entrañas de la tierra.

La vida oculta en el llanto,
aguarda en su firme latir,
que renazcas cerca, muy cerca de mi.

La vida se esconde en tu sonrisa,
empaquetada en tu sentir,
te aguarda cada día, cada noche,
cada luna, cada estrella perdida
cuando de ti, sin querer,
me perdí.

Hoy ha vuelto la vida
como en un soplo infantil,
en esa nueva mirada
de luces, prendidas por ti.

viernes, 1 de febrero de 2013

Las tres rejas



Las tres rejas
El joven discípulo de un filósofo sabio llega a casa y le dice:
- Maestro, un amigo estuvo hablando de ti con malevolencia...
 - ¡Espera!- lo interrumpe el filósofo - ¿Hiciste pasar por las tres rejas lo que vas a contarme?
- ¿Las tres rejas? -preguntó su discípulo-
- Sí. La primera es la verdad. ¿Estás seguro que lo que quieres decirme es absolutamente cierto?
- No. Lo oí comentar a unos vecinos...
- Al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja, que es la bondad... Eso que deseas decirme, ¿es bueno para alguien?
- No, en realidad, no. Al contrario...
- ¡Ah, vaya!... La última reja es la necesidad. ¿Es necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta?
- A decir verdad, no.
- Entonces. -dijo el sabio sonriendo- si no es verdad, ni bueno, ni necesario, sepultémoslo en el olvido.