jueves, 29 de mayo de 2014

"Casta Diva" por Maria Callas



Norma es una de las cumbres del bel canto romántico y uno de los papeles más difíciles de todo el repertorio lírico.
El aria de la invocación a la Luna Casta Diva se sucede inmediatamente después de la entrada de la sacerdotisa druida Norma en el primer acto, cuando corta una rama de muérdago como ofrenda. Musicalmente se divide en dos partes: aria y cabaletta.
La ópera fue interpretada por las máximas sopranos de la historia como Giuditta PastaGiulia GrisiLilli LehmannRosa RaisaClaudia MuzioRosa PonselleGina Cigna y otras pero fue Maria Callas quien le dio mayor trascendencia después de la Segunda Guerra Mundial.
Callas impulsó la revitalización del belcanto romántico y Casta Diva fue su aria emblemática. La sucedieron Joan Sutherland y Montserrat Caballé además de Renata ScottoRenata TebaldiLeyla GencerElena SuliotisGrace BumbryShirley VerrettAnna Tomowa SintowGwyneth JonesBeverly SillsJune Anderson y Edita Gruberová entre las más famosas. Actualmente cantan el aria Anna NetrebkoMariella Devia, Hasmik Papian, Renée FlemingAngela Gheorghiu, la mezzosoprano Cecilia Bartoli y otras.
Existe una versión por la célebre contralto afroamericana Marian Anderson y adaptaciones de cantantes populares como Nana Mouskouri. Asimismo, en la novela del escritor ruso GoncharovOblómov, la impresión reiterada que en el protagonista hace su entonación en boca de una joven doncella produce en él el verdadero cambio de su vida, enamorándose profundamente de ella, siendo este un tema recurrente en toda la obra.
aria (traducción manteniendo el estilo poético original)
¡Casta Diva, que plateas
estas sacras antiguas plantas,
a nosotros vuelve el bello semblante
sin nube y sin velo!
Templa, oh, Diva
templa estos corazones ardientes,
templa de nuevo el celo audaz,
Esparce en la tierra esa paz
que reinar haces en el cielo.
Fin al rito, y el sacro bosque
sea limpiado de los profanos.
Cuando el numen airado y hosco
exija la sangre de los romanos
desde el druídico santuario
mi voz tronará.
Caerá, castigarlo puedo
(Mas castigarlo el corazón no sabe.
¡Ah! bello a mí retorna
del fidedigno amor primero,
y contra el mundo entero
defensa para ti seré.
cabaletta
¡Ah! bello a mí retorna
del rayo tuyo sereno
y vida en tu seno
y patria y cielo habré
¡Ah! regresa de nuevo cual eras entonces,
cuando el corazón te di.
ah, regresa a mí.)


viernes, 16 de mayo de 2014

Una luz para el camino



Una luz para el camino

Había una vez, hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida.

La ciudad era muy oscura en las noches sin luna como aquella. En determinado momento, se encuentra con un amigo. El amigo lo mira y de pronto lo reconoce.

Se da cuenta de que es Guno, el ciego del pueblo. Entonces, le dice:
- ¿Qué haces Guno, tú ciego, con una lámpara en la mano? Si tú no ves...

Entonces, el ciego le responde:
- Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mí...No solo es importante la luz que me sirve a mí, sino también la que yo uso para que otros puedan también servirse de ella.

Cada uno de nosotros puede alumbrar el camino para uno y para que sea visto por otros, aunque uno aparentemente no lo necesite.

Alumbrar el camino de los otros no es tarea fácil...Muchas veces en vez de alumbrar oscurecemos mucho más el camino de los demás... ¿Cómo? A través del desaliento, la crítica, el egoísmo, el desamor, el odio, el resentimiento...


¡Qué hermoso sería sí todos ilumináramos los caminos de los demás!