jueves, 2 de agosto de 2012

La casta política española: De Patricios y Plebeyos



Hace más de dos mil años, en los comienzos de Imperio Romano, la ciudadanía se configuraba de dos clases sociales: una aristocracia de propietarios, los patricios y una clase popular que luchaba por conseguir derechos, los plebeyos.
La economía estaba basada en el sistema de producción esclavista, donde la mayoría de los esclavos eran prisioneros de guerra. Existían mercados de esclavos donde se comerciaba con ellos como si fuesen simples mercancías. Así pues la sociedad romana en sus orígenes estaba dividida en:

Patricios: eran la clase dominante que poseía todos los privilegios tanto fiscales, como judiciales, políticos y también culturales.

Plebeyos: eran el pueblo que no gozaba de todos los derechos ni privilegios.

Esclavos: no tenían derechos y eran posesión de sus amos. El esclavismo era toda una institución social en Roma. No fue un esclavismo de raza, como sí lo sería siglos después. En Roma cualquiera podía ser esclavo; la fuente de esclavos provenía sobre todo de pueblos conquistados, pero también de delincuentes u otra gente que fuera degradada a esa clase social por algún motivo. En realidad el esclavismo no era más que la clase social más baja.

Dos mil años después, en España, la sociedad poco difiere de la antigua Roma: Una casta política que no está al servicio del pueblo, al contrario, nosotros estamos al suyo, somos sus plebeyos/esclavos, solo nos tienen para trabajar y pagar impuestos, de ese modo pueden mantener sus extraordinarios privilegios y vivir a cuerpo de rey. No nos piden que nos apretemos el cinturón, nos lo imponen, nos lo colocan en el cuello y no se cansan de apretar. Eso sí, somos tan cerriles, que cada cuatro años los elegimos, y con ello legitimamos su poder.

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