ADAGIO PARA CUERDAS. Samuel Barber
El Adagio para cuerdas del compositor estadounidense Samuel Barber
(1910-1981) tiene su origen en el segundo movimiento de su Cuarteto de
cuerdas. En enero de 1938, Barber envió la pieza a Arturo Toscanini. El
director devolvió la partitura sin comentarios, y Barber se molestó y
evitó a este director. Posteriormente, Toscanini hizo saber a Barber a
través de un amigo, que tenía previsto interpretar la obra y que la
había devuelto por el simple hecho que ya la había memorizado.
La larga, flotante línea melódica se mueve libremente entre las voces en
coro de las cuerdas, por ejemplo, la primera sección del Adagio
comienza con la célula melódica principal tocada por los primeros
violines. Las violas continúan con una variación de la célula melódica
en la segunda sección; el silencio en los bajos prevalece hasta la
siguiente sección. La amplia sección central comienza con los
violonchelos tocando la línea melódica principal, en el rango de
mezzo-soprano; las cuerdas del coro suben a la escala más alta de sus
registros, que culminan en un fortissimo-forte, un clímax seguido de un
repentino silencio. La última sección es una reformulación del tema
original, terminando la pieza con los primeros violines volviendo
lentamente a las primeros cinco notas de la melodía en el registro alto,
la celebración de la última nota en un breve silencio y un desvanecido
acompañamiento.
Esta obra ha sido considerada como una de las más tristes de la historia
de la música y acompañó el anuncio radiofónico de la muerte de Franklin
Delano Roosevelt y el de la ceremonia celebrada en el World Trade
Center para conmemorar las muertess del 11 de septiembre de 2001. El
Adagio para cuerdas puede ser escuchado en muchas películas como EL
HOMBRE ELEFANTE o PLATOON, programas de televisión y bandas sonoras de
videojuegos.
Dirige Jose Ignacio Martínez-Pulgar. Concierto grabado en directo en el Teatro López de Ayala el 26 de junio de 2007:
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