jueves, 1 de enero de 2015

Añorando mi infancia



Añorando mi infancia


Cuando era pequeño deseaba crecer para poder acostarme tarde, y hoy quisiera ser pequeño para poder dormir más de seis horas con regularidad.

Cuando era pequeño quería enterarme de todo cuanto me rodeaba, saber el porqué de todo; hoy en cambio, desearía no saber muchas de las cosas que sé.

Cuando era pequeño me encontraba lleno de sueños e ilusiones; ahora el mundo me pide que sueñe con mi futuro y yo tiemblo con sólo pensarlo.

Cuando era pequeño quería que me dejasen libertad para decidir por mi mismo lo que era mejor; ahora me gustaría que me dijeran que tengo que hacer en determinadas ocasiones.

Cuando era pequeño llegó un día en que me consideré mayor (craso error) y dejé de dar importancia a que mis padres me arroparan y contaran cuentos, dando a este gesto de lado. Ahora me gustaría notar como se sientan a un lado de la cama, me arropan, me dan un cálido beso y alguna caricia en el pelo, me gustaría poder estar quieto, escuchando alguno de mis cuentos preferidos en la dulce voz de mi madre.

Cuando era pequeño tenía el mundo, cuando era pequeño tenía la clave de la felicidad propia, pero me cegué con el paso de los años en ser un adulto (de manera inexorable debía suceder) y fui apartando de mi camino las caricias diarias, que me arroparan, que me leyeran un cuento...

Hoy echo de menos aquella tranquilidad, el poder jugar toda la tarde sin preocupaciones, ese poder divertirme en todo momento sin ninguna responsabilidad, aquellas tardes de fútbol, canicas, policías y ladrones... mis amigos... en definitiva: la libertad que da la infancia y quitan los años.

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