¿Agua para todos? (28-02-2012)
Villarobo era un pueblo próspero, se encontraba junto a un gran manantial, abastecía sobradamente de agua a sus ciudadanos y a las diecisiete pedanías de su alrededor, el resto se vendía a las comarcas vecinas con lo que la venta del agua era su principal y casi única fuente de ingresos.
Con el tiempo las diecisiete pedanías se reunieron y protestaron enérgicamente de que los beneficios los controlara y repartiera el ayuntamiento central de Villarobo, tras duras negociaciones acordaron crear diecisiete zonas autónomas, con sus correspondientes gobiernos, consejos, delegaciones, subdelegaciones, televisiones, coches oficiales, dietas, súper sueldos, etc. Durante los años lluviosos, todo eran alegrías y parabienes, hasta que dejó de llover, el agua del manantial no daba para más, había llegado una época de sequía. No se podía vivir con lo que se sacaba de él y menos vender a las comarcas vecinas al ritmo de antes.
Tras varios estudios decidieron racionar el agua a sus ciudadanos y pedir préstamos a los bancos con la excusa de mantener el bienestar social, cuando la realidad es que había que mantener la estructura organizativa y de poder creada. Como los prestamos hay que pagarlos con sus correspondientes intereses, crearon un impuesto para que sus ciudadanos ayudaran a pagar la deuda. Los ciudadanos que antes disfrutaban de la prosperidad se vieron obligados a apretarse el cinturón hasta límites insospechados, aumentó el paro y el consumo se vino abajo. Los políticos que crearon el problema, continuaron viviendo a cuerpo de rey prometiendo soluciones, pero los que pasaban sed y penurias no eran ellos, habían creado diecisiete Reinos de Taifas y una estructura totalmente insostenible, ¿pero, quien le ponía el cascabel al gato?.
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