Himno al amor

Carta de San Pablo a los Corintios 13, 1-13

HIMNO AL AMOR: La primera carta de St. Paul a los Corintios es una de las más cotizadas de sus epístolas, y, y, de hecho, uno de los libros más citados de la Biblia, sobre todo el pasaje sobre el amor . El libro es rico en contenido, ya que incluye pasajes clave sobre la Eucaristía (capítulo 11), los dones carismáticos del Espíritu Santo (capítulo 12), en el amor (capítulo 13), y en la resurrección de la carne (capítulo 15) . Además, 1 Corintios 1:18 habla de la palabra de la cruz; 2:10 de la relación entre Dios y el Espíritu Santo, 3:8 sobre el trabajo y los salarios, y se considera una 3:11-15 referencia para la existencia del Purgatorio. En I Corintios 6:19 Pablo llama a nuestros templos los órganos del Espíritu Santo, y en 8:6, expresa un principio esencial de nuestra fe cristiana. Una de las citas más reconfortante es 10:13, que nos asegura que Dios no nos dejará ser probados más allá de nuestra fuerza.

Himno al Amor

“Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe.

Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada.

Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada.

El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tienen en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad.

El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

El amor no pasará jamás. Las profecías acabarán, el don de lenguas terminará, la ciencia desaparecerá; porque nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías, limitadas.

Cuando llegue lo que es perfecto, cesará lo que es imperfecto.

Mientras yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño, pero cuando me hice hombre, dejé a un lado las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo, confusamente; después veremos cara a cara. Ahora conozco todo imperfectamente; después conoceré como Dios me conoce a mí.

En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande todas es el amor”.