La niña y las mariposas
Cuando
era niño, tenía una amiga que soñaba con ser mariposa,
le
encantaban los múltiples colores que observaba en sus abanicos alados,
decía
que son hadas de colores, le seducía su dulce y majestuoso vuelo.
Amaba
cada mariposa, incluso a cada gusano,
sabía
que para llegar a ser mariposa, hay que ser antes gusano
y
que si liberas una mariposa y pides un deseo, ésta llegará al cielo y tu deseo
se cumplirá.
Todos
los días miraba su cuerpo, todos los días esperando ser como ellas.
Sus
padres siempre la preguntaban por qué quería ser una mariposa,
ella
siempre respondía que las mariposas no saben mentir, ni hacer daño a la gente
y
que cuando veía una mariposa sonreía y por eso ella quería hacer felices a la
gente cuando la vieran.
Decía
que son mensajeras de los deseos y que, como seres silenciosos, custodian
nuestros secretos.
Creció
y creció buscando las mariposas, buscando ser como ellas...
Pero
nunca lo conseguía....
Un
día, una gran mariposa se posó en sus manos, ella se alegró de esto,
pero
la mariposa quedó dormida para no despertar jamás, entonces la chica no pudo
parar de llorar.
Una
de sus lágrimas cayó sobre la mariposa,
aún
en sus manos, en ese momento, la mariposa se unió a la piel de la chica,
de
su espalda salieron unas alas de hermosos colores, como las de la mariposa que
tenía en sus manos,
entonces
comenzó a agitar las alas, poco a poco se fue
elevando y pudo volar,
ser libre, como siempre había querido ser……..
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