viernes, 16 de noviembre de 2012

Puertas



Subiendo una escalera, hemos de darnos cuenta de que no solo hay peldaños,
de que también hay puertas, unas cerradas, otras abiertas.

Son puertas, que nos ayudan a ser quienes somos, puertas que a veces cuesta ver,
difíciles de encontrar o de entrar en ellas.

¿Nunca has sentido un miedo terrible al no saber que se esconde tras el umbral de una puerta?.

Cada puerta, cada entrada que vamos dejando atrás forman un camino, una senda de vivencias de momentos en los que tuvimos que decidir entrar o dejar la puerta tal cual está.

No todas las puertas son iguales, algunas son preciosas y llamativas, otras desvencijadas y desteñidas, parecen tenebrosas y obscuras, ¿por qué nos fijamos en su aspecto y no en su interior?

Algunas puertas están entreabiertas, otras están cerradas a cal y canto y la búsqueda no solo se centra en la puerta si no en su cerradura.

Muchas veces nosotros somos puertas abiertas, lanzándonos a lo desconocido dejando pasar a todos sin miedo, otras veces, cerramos nuestra existencia con llave impidiendo que pasen los demás a conocernos y encerrándonos en la cárcel del desconocido.

Cada puerta, cada persona es un misterio en si mismo, cada misterio tiene sus obstáculos, cada obstáculo su solución, siempre y cuando quieras entrar en ella.

Cada una de las puertas, cada uno de los sentimientos tiene un color, una textura, una forma,
una sensación distinta, por ello, al pasar debes pensar diferente en cada puerta,
adaptando tus recuerdos a las nuevas emociones.

A veces puertas de distinto material y de igual objetivo, lo único que hemos de hacer es ATREVERNOS A PASAR, atrevernos a conocer un mundo, en el que no somos los dueños.

La puerta a la que queremos llegar está lejos y no sabemos como entrar, somos nosotros los que debemos cambiar los que debemos adaptarnos, para poder entrar y formar parte de la magia que tienen las puertas de lo desconocido

Otras veces, es tan fácil entrar que ni siquiera dudamos un momento para echar a caminar.

Parece que podemos ver lo que hay detrás, pero lo cierto es que solo vemos lo que la puerta nos quiere mostrar.

Cada puerta, cada destino, cada emoción, cada color, cada forma, cada sentimiento, cada textura, cada latido del corazón, cada misterio, cada cerradura, cada duda, cada paso, cada sueño, cada deseo, cada problema, cada dificultad, cada una de todas estas cosas tiene su solución, primero es dar el paso encontrar tu cerradura, abrir la puerta, y disfrutar de lo que hay tras ella, cada puerta es tuya, cada momento, puedes vivirlo como desees si realmente lo deseas.

Abre tu puerta, déjate por la melodía de lo desconocido y vive, vive cada momento…yo ya encontré la llave, que abre mi puerta, tu puerta, nuestra puerta….

¿Cuál es la puerta que te cuesta tanto abrir?, tengo muchas llaves para ti.

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