Título: Norwegian Wood (Por alguna extraña razón, Tokio
Blues en la edición española).
RESUMEN:
Mientras aterrizaba en
un aeropuerto europeo, Toru Watanabe escuchaba una vieja canción de los Beatles
que le hace retroceder a su juventud, al turbulento Tokio de los años sesenta.
Recuerda entonces con melancolía a la misteriosa Naoko, la novia de su mejor
amigo de la adolescencia. El suicidio de éste les distanció durante un año,
hasta que se reencontraron e iniciaron una relación íntima. Sin embargo, la
aparición de otra mujer en su vida lleva a Toru a experimentar el
deslumbramiento y el desengaño allí donde todo debería cobrar sentido: el sexo,
el amor y la muerte.
COMENTARIOS:
Nos encontramos con una trama
ambientada en los años 60, en un momento en el que el impacto de la cultura
occidental empieza a hacerse presente en la sociedad japonesa buscando cambiar
las rígidas bases de la misma. Es en este contexto lleno de convulsión política
y social en el cual los personajes tienen que desarrollarse. Norwegian Wood, no
es una historia de amor al uso, pese a que uno de los hilos fundamentales de la
trama sea precisamente este sentimiento. Tampoco es una historia feliz, ni triste.
Si tuviese que elegir un adjetivo para definir la trama, sin duda sería
realista. En un inicio, encontramos a Watanabe como un joven recién salido de
la adolescencia que se traslada a Tokio y que comienza a vivir como un adulto
sin ser demasiado consciente de qué significa esto, y sin tener tampoco grandes
motivaciones. Todo esto cambiará gracias a la acción de distintos personajes,
quizá los más importantes sean Naoko y Midori, quienes representan dos caras de
una misma moneda y producirán cada una por su lado un punto de quiebre en la
vida de Watanabe. No obstante, en su propia medida, todos los personajes que
entran en juego tienen una influencia sobre la vida del protagonista, al fin y
al cabo, “Norwegian Wood” es una historia real, y en la vida real las personas
maduramos gracias a la influencia de los demás.
Sobre los personajes hay muchas
cosas que decir, aunque personalmente creo que lo más destacable es la gran
fuerza y realismo que destilan cada uno de ellos. Posiblemente lo que más me ha
enamorado de esta novela sea eso, el realismo de los personajes. Son personas
como tú y como yo, con problemas, que luchan por encontrar su lugar en este
mundo. Son seres imperfectos. No hay una solución milagrosa a sus problemas, no
hay un "felices para siempre". Tampoco hay personajes buenos y
personajes malos. No hay blanco ni negro, sino una escala de grises. Además,
cada uno de ellos cuenta con su propia historia que aunque se entrelaza con la
de Watanabe en ningún momento pierde su esencia propia.
Aparte de la historia y de la
gran narración me ha sorprendido mucho el tratamiento del sexo en la historia.
La mejor forma de describirlo es, libre. Sin tabús, sin censura. Aunque algunos
pasajes te sacan los colores, a la par que me descolocaban debido a la
nacionalidad del autor -es un hecho que los japoneses no son muy abiertos en
estos temas-, no podía dejar de maravillarme por lo perfectamente sintetizadas
que estaban estas escenas dentro de la historia. Se siente como algo totalmente
necesario para la continuidad de la trama.
Los que me seguís habitualmente
ya sabéis que adoro a Murakami, pero por las críticas y reseñas que he visto,
creo que llevo leído sin duda, lo mejorcito que ha escrito hasta ahora este
autor: "Kafka en la orilla", "1Q84", “El pájaro que da
cuerda al mundo”..... Y el libro que hoy me ocupa, no se queda para nada corto. Si
tuviera que elegir entre todos ellos, no sabría por cual decantarme.
Como curiosidad diré, que me ha
sorprendido bastante, no encontrar ni un ápice de fantasía a lo largo del
relato, cosa extraña, por ser un rasgo característico en sus escritos, esa
manera tan suya de mezclar ficción con realidad. Aquí todo es real..., como la vida misma.
En una entrevista sobre Tokio
Blues, Murakami afirma: "No tengo interés en escribir novelas largas con
estilo realista, pero decidí que, aunque sólo fuera una vez, iba a escribir una
novela de estas características. Tokio blues fue un simple experimento.
Personalmente, a mí me gusta esa novela, pero no he vuelto a leerla desde hace casi
20 años. De momento, no tengo ninguna intención de volver a escribir algo
parecido. No tengo interés en el pasado. Ya no puedo sentir interés en el
llamado estilo realista porque, si escribo una novela así, acabo
aburriéndome", aclara.
En resumidas cuentas, me he
vuelto a sentir hechizado, con sus personajes, a cual más interesante y
atractivo, con esa nostalgia irradiada desde la primera hasta la última página,
con su peculiar forma de aflorar sentimientos y temas, como el amor no
correspondido, la amistad, la sexualidad, la soledad, la pérdida de seres
queridos, con ese toque de inconformismo que se respira y que es el telón de
fondo de la obra, una época de revueltas y protestas estudiantiles, contra el
sistema establecido en Japón.
En mi opinión personal, “Norwegian
Wood” es un libro altamente recomendable, con una trama muy bien elaborada y
unos personajes llenos de fuerza que tocan tu corazón y te hacen temblar
mientras lees sus historias. Definitivamente, de lo mejor que he leído en
materia de literatura contemporánea en los últimos años.
Y ya para terminar, os dejo la
canción que inspiró el título original de esta novela. No soy un gran
aficionado a los Beatles, pero creo que es la mejor banda sonora para esta
entrada.
Esta balada es aludida con
frecuencia en las páginas del libro, por ser la preferida de Naoko, cuando él
va a visitarla al centro donde intenta recuperarse de sus problemas mentales y
es interpretada a la guitarra por Reiko, su compañera de habitación. ¿No os
pasa a menudo que asociais una canción a una determinada persona, o a un
determinado momento especial de vuestra vida? Pues eso le sucede a Toru
Watanabe: es empezar a escucharla y quedar atrapado de forma inevitable en ese
pasado, con tintes tan felices como trágicos.
“Norwegian Wood” The Beatles:
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