En el café de la juventud perdida de
Patrick Modiano
París,
años 60. En el café Condé se reúnen poetas malditos y
estudiantes fascinados por la bohemia parisina. Y aunque la nostalgia de
aquellos años perdidos parecería ser el tema central de la novela, Modiano le
da un giro sorprendente. Porque “En el café de la juventud perdida” es también
una novela de misterio. Todos los personajes, todas las historias, confluyen en
la enigmática Louki. Cuatro hombres nos cuentan sus encuentros y desencuentros
con la hija de una trabajadora del Moulin-Rouge. Algunos la buscan, otros la
aman, y para casi todos ellos la chica encarna el inalcanzable objeto del
deseo.
Una
novela que gira entorno a un personaje, una mujer, renombrada como Louki, a
quien conoceremos a través de la visión que tienen de ella otros personajes que
en algún momento se cruzaron en su vida y en quienes dejó huella. Estos
hombres, a modo de narradores, relatan como la conocieron y como piensan que
era, por tanto muchos de los datos que sabremos serán suposiciones, pero nos
servirán para profundizar en la compleja personalidad de esta misteriosa joven.
La
historia se desarrolla en el París de los años 60. El café Le Condé representa
un lugar de encuentro para gentes que vivían a la sombra de la literatura y de
las artes, un refugio contra todo lo que preveían que traería lo gris de la
vida, donde algunos dejarían una parte de sí mismos, seguramente la mejor. Aquí
es donde Louki, una joven sin raíces en la vida, sola en el mundo, se refugia
como si quisiera huir de algo o escapar de un peligro. Ha roto con toda una
parte de su vida, siente la necesidad de respirar aire libre y quiere poner fin
a su soledad. Se siente sorprendida cuando descubre que era algo permitido eso
de confiarse, de hablar de uno mismo. Cuando se da cuenta que alguien, enfrente
de ti, se interesa por lo que haces y dices. Estaba tan poco acostumbrada a una
situación así que no encontraba palabras para contestar.
Su
infancia y adolescencia son claves para conocer su personalidad, que denota
tristeza, y en parte la sabremos a través de su propia narración, porque ella
también es narradora de uno de los capítulos. Este hecho me ha sorprendido
bastante porque el libro dividido en capítulos, sin número ni título, comienza
con un primer narrador, un estudiante que es quién primero nos habla de ella,
en el segundo capítulo el siguiente narrador es un hombre que se hace pasar por
editor, pero en el tercer capítulo es ella misma la narradora, y se rompe esa
estructura de ser otros personajes quienes son el hilo conductor de la
narración. Para volver en el cuarto capítulo a ser otro personaje, Roland, el
narrador. Pero si nos olvidamos de la forma, lo importante es el conjunto y
como cada uno de los personajes que van apareciendo son parte esencial para
meternos en la piel de Louki y compartir con ella su búsqueda de identidad.
Incluso los que apenas aparecen, como un librero que forma parte de una etapa
de su vida y que siempre le decía: “¿Qué? ¿Encuentra algo que la haga feliz?.
Aunque,
como le sucede al estudiante, muchas preguntas se me han quedado sin respuesta.
Me
ha gustado esta novela por el estilo narrativo de Modiano, callejear por las
calles de ese París bohemio de los años 60, y la sensación de nostalgia y
melancolía que transmite, así como ese haz de misterio que me ha mantenido en
vilo hasta el final.
Algunas
frases del libro:
“Según
iba cayendo el día, se convertía en el punto de cita de eso que un filósofo
sentimental llamaba la juventud perdida.”
“Siempre
he creído que hay lugares que son imanes y te atraen si pasas por las
inmediaciones. Y eso de forma imperceptible, sin que te lo malicies siquiera.
Basta con una calle en cuesta, con una acera al sol, o con una acera a la
sombra. O con un chaparrón. Y te llevan a ese lugar, al punto preciso en el que
debías encallar.”
“Creo
que no leíamos esas obras de la misma forma. Ella tenía la esperanza de
descubrir un sentido a la vida en ellas, mientras que a mí lo que me
cautivaba era la sonoridad de las palabras y la música de las frases.”
“Cuando
de verdad queremos a una persona, hay que aceptar la parte de misterio que hay
en ella... Porque por eso es por lo que la queremos.”
“A
veces se te oprime el corazón cuando piensas en las cosas que habrían podido
ser y que no fueron.”
“A
veces, nos acordamos de algunos episodios de nuestra vida y necesitamos pruebas
para tener la completa seguridad de que no lo hemos soñado.”
Patrick Modiano, Nobel de Literatura 2014
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