jueves, 11 de diciembre de 2014

En el café de la juventud perdida de Patrick Modiano




En el café de la juventud perdida de Patrick Modiano

París, años 60. En el café Condé se reúnen poetas malditos y estudiantes fascinados por la bohemia parisina. Y aunque la nostalgia de aquellos años perdidos parecería ser el tema central de la novela, Modiano le da un giro sorprendente. Porque “En el café de la juventud perdida” es también una novela de misterio. Todos los personajes, todas las historias, confluyen en la enigmática Louki. Cuatro hombres nos cuentan sus encuentros y desencuentros con la hija de una trabajadora del Moulin-Rouge. Algunos la buscan, otros la aman, y para casi todos ellos la chica encarna el inalcanzable objeto del deseo.

Una novela que gira entorno a un personaje, una mujer, renombrada como Louki, a quien conoceremos a través de la visión que tienen de ella otros personajes que en algún momento se cruzaron en su vida y en quienes dejó huella. Estos hombres, a modo de narradores, relatan como la conocieron y como piensan que era, por tanto muchos de los datos que sabremos serán suposiciones, pero nos servirán para profundizar en la compleja personalidad de esta misteriosa joven.

La historia se desarrolla en el París de los años 60. El café Le Condé representa un lugar de encuentro para gentes que vivían a la sombra de la literatura y de las artes, un refugio contra todo lo que preveían que traería lo gris de la vida, donde algunos dejarían una parte de sí mismos, seguramente la mejor. Aquí es donde Louki, una joven sin raíces en la vida, sola en el mundo, se refugia como si quisiera huir de algo o escapar de un peligro. Ha roto con toda una parte de su vida, siente la necesidad de respirar aire libre y quiere poner fin a su soledad. Se siente sorprendida cuando descubre que era algo permitido eso de confiarse, de hablar de uno mismo. Cuando se da cuenta que alguien, enfrente de ti, se interesa por lo que haces y dices. Estaba tan poco acostumbrada a una situación así que no encontraba palabras para contestar.

Su infancia y adolescencia son claves para conocer su personalidad, que denota tristeza, y en parte la sabremos a través de su propia narración, porque ella también es narradora de uno de los capítulos. Este hecho me ha sorprendido bastante porque el libro dividido en capítulos, sin número ni título, comienza con un primer narrador, un estudiante que es quién primero nos habla de ella, en el segundo capítulo el siguiente narrador es un hombre que se hace pasar por editor, pero en el tercer capítulo es ella misma la narradora, y se rompe esa estructura de ser otros personajes quienes son el hilo conductor de la narración. Para volver en el cuarto capítulo a ser otro personaje, Roland, el narrador. Pero si nos olvidamos de la forma, lo importante es el conjunto y como cada uno de los personajes que van apareciendo son parte esencial para meternos en la piel de Louki y compartir con ella su búsqueda de identidad. Incluso los que apenas aparecen, como un librero que forma parte de una etapa de su vida y que siempre le decía: “¿Qué? ¿Encuentra algo que la haga feliz?.

Aunque, como le sucede al estudiante, muchas preguntas se me han quedado sin respuesta.

Me ha gustado esta novela por el estilo narrativo de Modiano, callejear por las calles de ese París bohemio de los años 60, y la sensación de nostalgia y melancolía que transmite, así como ese haz de misterio que me ha mantenido en vilo hasta el final.


Algunas frases del libro:


“Según iba cayendo el día, se convertía en el punto de cita de eso que un filósofo sentimental llamaba la juventud perdida.”

“Siempre he creído que hay lugares que son imanes y te atraen si pasas por las inmediaciones. Y eso de forma imperceptible, sin que te lo malicies siquiera. Basta con una calle en cuesta, con una acera al sol, o con una acera a la sombra. O con un chaparrón. Y te llevan a ese lugar, al punto preciso en el que debías encallar.”

“Creo que no leíamos esas obras de la misma forma. Ella tenía la esperanza de descubrir un sentido a la vida en ellas, mientras que a mí lo que me cautivaba era la sonoridad de las palabras y la música de las frases.”

“Cuando de verdad queremos a una persona, hay que aceptar la parte de misterio que hay en ella... Porque por eso es por lo que la queremos.”

“A veces se te oprime el corazón cuando piensas en las cosas que habrían podido ser y que no fueron.”

“A veces, nos acordamos de algunos episodios de nuestra vida y necesitamos pruebas para tener la completa seguridad de que no lo hemos soñado.”



Patrick Modiano, Nobel de Literatura 2014


No hay comentarios:

Publicar un comentario