La sociedad literaria y el pastel de piel de patatas de Guernsey
The Guernsey Literary and potato peel society
Mary Ann Shaffer y Annie Barrows (RBA Editores)
Traducción de Sandra Campos
304 Páginas.
Enero de 1946: Londres emerge de las sombras de la segunda guerra mundial. La escritora Juliet Ashton está buscando el argumento para su próximo libro. ¿Quién podría imaginarse que lo encontraría en la carta de un desconocido, un nativo de la isla de Guernsey, a cuyas manos ha llegado un libro de Charles Lamb que perteneció a Juliet? A medida que Juliet y el desconocido intercambian cartas, ella se queda atrapada en un mundo maravillosamente excéntrico. La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey -nacida como una coartada espontánea cuando sus miembros fueron descubiertos rompiendo el toque de queda de los alemanes- contiene una galería de personajes profundamente humanos, divertidos, encantadores, todos amantes de la literatura, que sobrellevaron la ocupación nazi organizando reuniones de lectura sobre novelas clásicas, siempre alrededor de un pastel de piel de patata. Juliet empieza una importante correspondencia con los miembros de la sociedad, pequeñas joyas que hablan de libros y del placer de la lectura, de la amistad, de la vida cotidiana y del impacto reciente que la ocupación alemana ha tenido en sus vidas. Cautivada por sus historias, decide visitarles, y lo que encuentra le cambiará para siempre.
La historia de la obra que tengo en las manos está escrita en una deliciosa composición a la manera epistolar. Hay otras que han sido un hito dentro la literatura. Recuerdo “84 Charing Cross“, una bella historia de una norteamericana que pide unos libros a una librería de antiguo en el centro de Londres; “Paradero desconocido“, que es una obra que en su concisión narra la amistad epistolar entre dos amigos, uno de ellos judío, y con muy diferentes puntos de vista respecto a temas de nazismo; “Quién se ha llevado mi Blackberry“, una hilarante y originalísima historia acerca de un inútil pijo de una empresa líder en ropa interior y que pretende subir varios enteros en la cotización a base de añadir unos acentos en el logotipo para globalizarse a todo pasto. Un libro éste último que merece una reseña aparte. La forma de estructurar un libro en cartas nos hace acercarnos en un momento a la trama y agiliza sin grandes descripciones el desarrollo de la obra para hacérnosla fracturada en buena medida y fácil de leer.
Esta obra empieza con una breve carta de Juliet, la protagonista de la historia, fechada el 8 de enero de 1946, y dirigida a Sydney Stark, propietario de Stephens & Stark, Ltd. y editor de Juliet. En ella ya se nos deja ver el tono en el que discurrirá la novela y nos permite apreciar las precariedades de los habitantes de Londres justo al acabar la contienda. Juliet es una encantadora mujer, con una inestabilidad sentimental considerable, y columnista de éxito. Esos retazos de literatura se han editado en un libro de bastante éxito, Izzy Bickerstaff va a la guerra, pero ahora se enfrenta de nuevo al vacío del papel en blanco y no sabe qué escribir. El azar hace que empiece a mantener una deliciosa correspondencia con los habitantes de una pequeña isla inglesa del Canal de la Mancha, Guernsey, en la cual se creó una sociedad literaria para poder reunirse durante la contienda a pesar del férreo marcaje de los alemanes. Estas cartas darán vida a la nueva obra de la autora y cambiarán su vida de una manera inesperada.
Nos enfrentamos ante una novela de escritura detallista, delicada y femenina, pero ello sin un ápice de sentimentalismos ñoños y demodados. Una obra que resulta ejemplar por el contrapunto de los aspectos más duros de una contienda y el destino de alguno de sus personajes, pero que viene suavizada por el tono campestre y humorístico de muchas de las anécdotas que en él se detallan. Dividida en dos partes, su estancia en Londres y en la isla, rezuma amor por la literatura y por la amistad. Es un relato de fácil lectura, sin artilugios estilísticos ni de tramas enrevesadas y que nos hace apreciar el valor de una buena historia fuera de modas y alejada del estilo de los best-seller al uso.
Mary Ann Shaffer, inglesa, es una escritora de pura cepa. Cuenta que llegó a esta historia de pura casualidad. Documentándose para un nuevo libro llegó a sus manos cierta información sobre la ocupación de las islas del Canal de la Mancha que le resultó muy intrigante. Viajó hasta esas islas para interesarse por el tema y el libro comenzó a cobrar vida en su mente. Gracias al apoyo de su marido e hijas fue desgranando la trama, creando las cartas y colocando las historias que surgían por doquier. Cuando el borrador definitivo empezó a cobrar forma, unos problemas de salud y el ingreso en un hospital le hicieron imposible su continuación. Fue entonces cuando su sobrina Annie Barrows, también escritora, fascinada por la novela de su tía, abandonó sus proyectos y se puso manos a la obra a acabar el relato en cuestión. A su favor he de decir que la novela es íntegra en su estilo y no se nota, para nada, la autoría de dos escritoras diferentes en ella.
Un buen libro para comenzar el año y que será publicado en breve por la editorial RBA. Cautiva, se lee rápidamente y es muy ameno. Y además con el humor característico de la mejor literatura inglesa al estilo Woodhouse. Es tal el encanto que desprende que he ido a Internet para ver la forma de visitar esa encantadora isla y sus habitantes. Dan unas ganas irremediables de pasar una temporada en ella charlando con sus habitantes.
Muy, pero que muy recomendable. (Publicado en "La Libreria de Javier")
No hay comentarios:
Publicar un comentario